Por fin comprendí, que no se puede esperar eternamente. Que todo caduca en algún momento. Que la verosimilitud se engrandece y ciega a las personas. Que el deseo es inestable y etéreo. Que la singularidad pierde su calidad a medida que pasa el tiempo. Que estancarse es sinónimo de debilidad.
Al fin entendí
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